martes, 21 de mayo de 2019

▷ POEMAS DE GARCÍA MÁRQUEZ

Gabriel García Márquez Poemas

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9 POEMAS Gabriel García Márquez.

Soneto casi insistente en una noche de serenatas.

Quisiera una mujer de sangre y plata. Cualquier mujer. Una mujer cualquiera, cuando en las noches de la primavera se oye a lo lejos una serenata. Esa música es alma. Y aunque no fuera verdad tanta mentira sería grato el saber que su voz siempre retrata el corazón de una mujer cualquiera. Quiero querer con música. Y quiero que me quieran con tono verdadero Casi en azul y casi eternamente. Será porque ese ritmo me arrebata, o tal vez porque oyendo serenatas me duele el Corazón musicalmente.
frases Gabriel García Márquez
Drama en tres actos.

Kornelius, el poeta resfriado, iba para una fiesta. Llevaba un sobretodo sobre el brazo y un sombrero en la testa. Una camisa blanca y una rosa en la solapa negra. 


II


Y Kornelius el alto renombrado poeta al salir a la calle saludó a su colega el famoso Francisco de Quevedo Villegas. Estaba lloviznando —el ciclo sin estrellas mostraba a los humanos una sonrisa negra— y Kornelius, el alto renombrado poeta se resfrió esa noche sin que se diera cuenta.


III


El salón se alistaba todo para la fiesta. Estaba el rey, la reina y la corte suprema, el señor secretario, el conde de Lucrecia. Ahí llego Konielius, con su rosa y su ciencia, se quitó el sobretodo en la ventana abierta; y cuando le aplaudía toda la concurrencia pidiendo a grandes voces una canción de guerra, él sacudió el vestido, sonrió, bajó la testa, se aflojó la corbata, hizo un gesto a la reina… Dijo… Dijo… (no dijo): Y estornudó un poema! 1945
frases Gabriel García Márquez
Geografía celeste.

No ha muerto. Ha iniciado un viaje atardecido. De azul en azul claro —de cielo en cielo— ha ido por la senda del sueño con su arcángel de lino. A las tres de la tarde hallará a San Isidro con sus dos bueyes mansos arando el cielo límpido para sembrar luceros y estrellas en racimos. —Señor, cuál es la senda para ir al Paraíso? —Sube por la Vía Láctea, ruta de leche y lirio, la menor de las Osas te enseñará el camino. Cuando sean las cuatro la Virgen con el Niño saldrán a ver los astros que en su infancia de siglos juegan la Rueda rueda en un bosque de trinos. Y a la seis de la tarde El ángel de servicio saldrá a colgar la luna de un clavo vespertino. Será tarde. Si acaso no te han guardado sitio, dile a Gabriel Arcángel que te preste su nido que estás en el más frondoso árbol del paraíso. Murió la Marisela, pero aún queda un lino. 

1 de julio de 1947.
frases Gabriel García Márquez

Tercera presencia del amor

Este amor que ha venido de repente y sabe la razón de la hermosura. Este amor, amorosa vestidura, ceñida al corazón exactamente. Este amor que es harina que es infancia de sueños en la frente, que es líquido de música en la frente y es lucero nostálgico en la altura. Este amor que es el verso y es la rosa. Y es saber que la vida en cada cosa se nos repite cada vez más fuerte. Tan eterno este amor tan resistible, que comparado al tiempo imposible saber donde limita con la muerte. 1945
frases Gabriel García Márquez
Canción.

Llueve en este poema Eduardo Carranza. Llueve. La tarde es una hoja de niebla. Llueve. La tarde está mojada de tu misma tristeza. A veces viene el aire con su canción. A veces Siento el alma apretada contra tu voz ausente. Llueve. Y estoy pensando en ti. Y estoy soñando. Nadie vendrá esta tarde a mi dolor cerrado. Nadie. Solo tu ausencia que me duele en las horas. Mañana tu presencia regresará en la rosa. Yo pienso cae la lluvia nunca como las frutas. Niña como las frutas, grata como una fiesta hoy esta atardeciendo tu nombre en mi poema. A veces viene el agua a mirar la ventana Y tú no estás A veces te presiento cercana. Humildemente vuelve tu despedida triste. Humildemente y todo humilde: los jazmines los rosales del huerto y mi llanto en declive. Oh, corazón ausente: qué grande es ser humilde.
frases Gabriel García Márquez
 Poema desde un caracol.

Yo he visto el mar. Pero no era el mar retórico con mástiles y marineros amarrados a una leyenda de cantares. Ni el verde mar cosmopolita -mar de Babel- de las ciudades, que nunca tuvo unas ventanas para el lucero de la tarde. Ni el mar de Ulises que tenía siete sirenas musicales cual siete islas rodeadas de música por todas partes. Ni el mar inútil que regresa con una carga de paisajes para que siempre sea octubre en el sueño de los alcatraces. Ni el mar bohemio con un puerto y un marinero delirante que perdiera su corazón en una partida de naipes. Ni el mar que rompe contra el [muelle una canción irremediable que llega al pecho de los días sin emoción, como un tatuaje. Ni el mar puntual que siempre tiene un puerto para cada viaje donde el amor se vuelve vida como en el vientre de una madre. Que era mi mar el mar eterno, mar de la infancia, inolvidable, suspendido de nuestro sueño como una Paloma en el aire. Era el mar de la geografía, de los pequeños estudiantes, que aprendíamos a navegar en los mapas elementales. En el mar de los caracoles, mar prisionero, mar distante, que llevábamos en el bolsillo como un juguete a todas partes. El mar azul que nos miraba, cuando era nuestra edad tan frágil que se doblaba bajo el peso de los castillos en el aire. Y era el mar del primer amor en unos ojos otoñales. Un día quise ver el mar -mar de la infancia- y ya era tarde.

 La muerte de la rosa.

Murió de mal aroma. Rosa idéntica, exacta. Subsistió a su belleza, Sucumbió a su fragancia. No tuvo nombre: acaso la llamarían Rosaura, O Rosa-fina, o Rosa del amor, o Rosalba; o simplemente Rosa, como la nombra el agua. Más le hubiera valido ser siempreviva, Dalia, pensamiento con luna como un ramo de acacia. Pero ella será eterna: fue rosa; y eso basta; Dios la guarde en su reino a la diestra del alba.

 Si alguien llama a tu puerta.

Si alguien llama a tu puerta, amiga mía, y algo en tu sangre late y no reposa y en tu tallo de agua, temblorosa, la fuente es una líquida de armonía. Si alguien llama a tu puerta y todavía te sobra tiempo para ser hermosa y cabe todo abril en una rosa y por la rosa desangra el día Si alguien llama a tu puerta una mañana sonora de palomas y campanas y aún crees en el dolor y en la poesía Si aún la vida es verdad y el verso existe. Si alguien llama a tu puerta y estás triste, abre, que es el amor, amiga mía.

 Soneto matinal a una colegiala ingrávida.

Al pasar me saluda y tras el viento que da al aliento de su voz temprana en la cuadrada luz de una ventana se empaña, no el cristal, sino el aliento Es tempranera como una campana. Cabe en lo inverosímil, como un cuento y cuando corta el hilo del momento vierte su sangre blanca la mañana. Si se viste de azul y va a la escuela, no se distingue si camina o vuela porque es como la brisa, tan liviana que en la mañana azul no se precisa cuál de las tres que pasan es la brisa, cuál es la niña y cuál es la mañana.
Gabriel García Márquez Poemas.
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Gabriel García Márquez

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